José R. Llanos

El siglo XX innova radicalmente el arte, frente a la pretensión y sueño de perennidad. Este siglo consagra una novedad, valorar más el proceso de creación y originalidad de la propuesta del tiempo y la durabilidad de la obra. Se trata de una creación fugaz de una contemplación efímera, consagrada en la impresión del espectador, en los textos y fotos elaborados por la crítica de arte y en la memoria y conciencia de quien la contempla.

Iván Cardona en la galería La Piedra en el Zapato, de la Universidad de Los Andes, con la exposición de su proyecto de grado en arte, demuestra que ha nacido un artista cultivador de lo efímero, que dada la calidad de lo expuesto, nos encontramos con una promisoria obra y un forjador de arte que, sin lugar a dudas, contribuirá a enriquecer el arte efímero y conceptual colombiano contemporáneo.

Su obra es de tal naturaleza y dispuesta en tal forma que ha logrado que los espectadores intervinieran en la reconceptualización, resignificación y ordenamiento de algunas de las obras expuestas. Tal sucedió con Azul de Metileno, que terminó retitulada el Sudario del Procurador, y Prensa Mecánica, la cual fue formalmente cambiada por los visitantes.

Tuvimos la oportunidad de entrevistar al artista Iván Cardona Restrepo y compartimos con los lectores de VOZ sus reflexiones.

–¿Cuál es el origen del contenido progresista y crítico de tu obra?

–El proyecto se llama Retórica y cromática. Esta exposición es en el marco de los grados de los proyectos de arte. Decidí trabajar con medios de comunicación, de donde partí de un archivo personal de mi papá, que es una persona vinculada con la izquierda y que ha sido miembro de la Unión Patriótica y del Partido Comunista y que además lee todos los periódicos que puede diariamente: El Tiempo, VOZ, El Espectador. Mi ideología también es de izquierda, he sido influido en ese sentido, también por leer sus libros y por su militancia.

–¿Visionaste en algún momento que el trabajo que habías hecho sobre el procurador Ordóñez, inmediatamente rememora el sudario de Cristo?

–Inicialmente concebí esta obra como un retrato muy tradicional, perfectamente rectangular de 170 por 130. Cuando ya iniciamos el trabajo de tejido, empezamos a ver al final una tela bastante desfigurada. Ya no la pudimos colgar como habíamos pensado que era a la manera de un cuadro, sino que tuve que colgarla como si fuera un trapo y esa es de las situaciones que se presentan en los procesos y que terminó siendo muy afortunada. La gente comienza a llegar a la exposición, hace sus comentarios y un profesor apenas la vio dijo: ese es el sudario de Ordóñez. Mi intención precisamente era destacar su ideología conservadora. – Ver Obra

–¿Cómo valoras que una de tus obras fuera intervenida por los espectadores hasta el punto de introducirle cambios formales en los elementos que la componen?

–Eso fue muy interesante. En el caso de los sellos es una repisa blanca, los sellos rojos que nunca han sido usados pero que se untaron para que dieran la impresión de que sí se habían usado. El día de la inauguración me di cuenta que una persona se enloqueció con los sellos y los puso por toda la pared y te confieso que al otro día vine y volví a pintar y limpié mi repisa, pues mi obra no era así, siguió la exposición y empecé a ver que poco a poco la gente volvía a hacer lo mismo. Así es que en ese momento uno se tiene que rendir y aceptar que la obra dio un paso más allá, que es muy interesante. – Ver Obra

–¿Cuentas dentro de tus influencias la de Doris Salcedo?

–Ella está ubicada en el espectro del arte político, donde yo también estoy ubicado. Pero ella trabaja con materiales de otro tipo, que tienen unas cargas adicionales. Yo trabajo con periódicos que es una cosa que la gente bota, que es basura después de leídos. La obra de Doris Salcedo está muy bien resuelta y eso es lo que uno toma como referencia.

Tomado de: http://www.semanariovoz.com/2015/07/03/ivan-cardona-arte-efimero/

 

 

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